Tocones, LOÍZA- A mediados de la mañana del 6 de febrero, un escuadrón de la muerte, abanica el sector costero para asesinar el derecho de una hija de África de cantarse dueña y soberana de un pedazo de Patria.
El año fue el 1980 pero como si fuese todos los días. «Policía asesina a loiceña»
«Sistema de salud asesina a otra negra».
«Sistema educativo ausente en sectores de ascendencia Africana».
Pero la escena en cuestión, del 6 de febrero de 1980, es crucial desmenuzar por aquello de que «para muestra un botón».
RELACIÓN DE HECHOS ver «Son Cimarrón» por el profesor Edwin Reyes.
Usanza y costumbre es que se premia a quien se encarga aunque no tenga lazo de sangre. Ese fue el caso del padre de Villanueva Osorio, quien habría «heredado» los terrenos en cuestión, como fuese ubicados en zona marítimo terrestre.
La tenedora del inmueble, madre, esposa y estudiante de universidad, practicaba excelentes sistemas de autosustentabilidad, como sistema de recogido de agua.
Se comenta que el esposo se esconde detrás de un gallerín el día en que alborota a sangre limpia el pecho de Adolfina la policía.
Que tenía un carácter muy fuerte, todavía comentan algunos viejos de los linderos. Pienso en el carácter fuerte que yo tengo y cómo la discusión se juega los derechos a si la persona habla o no bajito.
Prohibido olvidar. Olvidar prohibido.
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